viernes, 6 de septiembre de 2019


Evaluación
¿Para qué sirve la utopía?


Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá.
¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar. 



La conocida frase atribuida a Eduardo Galeano podríamos aplicarla a muchas o pocas cosas que podamos decir sobre evaluación en la educación. Siempre va a ser poco. Pero nos ayuda a tratar de evaluar correctamente… y seguir caminando. Porque este blog está planteado como un libro de viaje y cada entrada es una parada en la marcha.

Muchas reflexiones de mis compañeros sobre el tema ayudan a completar las ideas que hemos ido trabajando a lo largo del curso. Las preguntas de la prof.Lourdes Algañaraz  Arezo, en su última entrada al blog: “¿cómo hacerla?, ¿cómo construirla con medios auténticos?, ¿cómo transformar una última y temida instancia final en un proceso evaluativo, gradual y que acompañe todo el recorrido académico? “ no son de fácil respuesta, pero tenerlas presentes durante la planificación del proceso evaluativo hace que se transformen en ideas rectoras a las que remitirse durante y al finalizar el proceso, con vistas a comenzar uno nuevo.

Es de suponer que todos aprendimos de nosotros mismos en el curso— además de la calidad de los contenidos propuestos—, porque, como en la percepción de mundo, cada uno ve lo que le interesa y ve de acuerdo a cómo categoriza las cosas que lo rodean. De la evaluación, pienso que teniendo firme la estructura inicial básica cada docente va construyendo su modo de evaluar, perfeccionándolo con el transcurso del tiempo.

Reitero lo de la entrada anterior, para mí es una de las instancias más complejas, pero también más interesantes. Uno puede transmitir conocimientos generados por otros (y es lo que pasa habitualmente), pero en la evaluación hay una elaboración que se va modificando con el tiempo— y mejorando—, y generando nuevas ideas y procesos para evaluar mejor. Ya no más el “recuerden que yo tengo la lapicera roja” que mencionaba como ejemplo la Ardilla Metereta en el Twitter chat.
Y lo complejo no es una cuestión  subjetiva. Por algo la evaluación es la categoría superior entre las categorías de orden superior, en el pensamiento que rige la taxonomía de Bloom. Si bien todas las categorías son importantes y sirven de apoyo a las superiores. Conocer, comprender, aplicar, sintetizar y finalmente evaluar.

Y como todo en educación, evaluar también es un proceso continuo. Los estudiantes también evalúan su proceso y se preguntan ¿qué estoy aprendiendo? ¿qué se espera de mí? Y otras preguntas que surgen, potenciadas con el trabajo en grupo. Interpretar, argumentar, resolver, valorar, contrastar y muchas otras acciones que son propias de la evaluación  que pueden realizar los estudiantes. Y los docentes nos preguntamos: ¿es lo mismo un examen formulado en base al sentido común que uno surgido de las características de una prueba auténtica? Bueno... la respuesta es una obviedad. Aquí está mi examen distribuido con el formulario Google.



Aprender a evaluar, y aprender a evaluar con TIC en un lugar en el que no existe el tiempo y el espacio resultó atrayente. Y si para muestra sobra un botón, para una entrega alcanza una tecla  que cierra varios días de trabajo. Pero también abre todas las relaciones que se pudieran hacer con experiencias pasadas, y tal vez futuras. Es un proceso dinámico y activo, y, como vimos durante la práctica con el Kahoot— el éxito sólo se ve cuando se implementa el juego—. Para el caso de la evaluación, es necesario reflexionar, tomar algunas decisiones, poner en práctica. Y el éxito se verá más adelante, mucho más allá de apretar la tecla o el botón del mouse.



Como (casi) final dejo una idea, que, aunque sacada de contexto (es de un artículo sobre las actuales series en streaming) me pareció pertinente si pensamos quiénes son los receptores de este mundo complejo que es la evaluación. “…basta googlear un poco para saber lo que tanto se habla de millenials, centenialls, post-centenialls y a quien sea que esté por venir. Hemos nombrado generaciones para darles significancia; para tratar de entenderlas (y posteriormente explicarlas), en vez de conocerlas. Sus dramas discusiones, costumbres, se han puesto de relieve en lo que vemos, desde muchos ángulos. Pero, ¿y si ahora (o siempre) son ellos quienes quieren explicar cómo funciona su mundo?” Martín Castillo,  periodista. 
Bueno, relacionar con la búsqueda de evidencias no es difícil.




En cuanto al nombre del grupo, dijo hace unos días un artista del espectáculo, en una conferencia: “somos los que tenemos que cuestionar el sistema, poner palos en la rueda, hacer pensar…”. evaluArteconTIC  fue para mí pensar y cuestionar varias cosas sobre ideas preconcebidas.









Un gran saludo para todos mis compañeros, y por supuesto a quien hizo el acompañamiento en este proceso, Andrea Cattaneo.




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